lunes, 9 de abril de 2012

El primer caso

El primer niño que vino a Barcelona fue un niño hijo de dos médicos, de Oradea (ciudad fronteriza con Hungría) quienes a pesar de ser buenos médicos, no podian por no disponer de los aparatos necesarios para atender a su propio hijo. El hijo, llamado Horia Branescu, estaba aquejado de leucemia linfoblástica.
Este niño tenía dos hermanos más, eran trillizos, y parece que uno de ellos era compatible para poder ayudar al hermano enfermo. Lo ingresamos en el Vall de Hebron, hablamos del año 1992, se le hizo transplante, no funcionó. En Mayo de 1993 presentó una rescidiva testicular y medular por lo cual, tras tratamiento, se repitió otra vez otro transplante que dió resultados positivos.
La familia vive actualmente en Oradea gozando de la alegría de un niño curado en Barcelona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario